Las etapas del amor

Sex & Love

El amor es algo que todos hemos sentido en algún momento, y aunque suena a cliché, afecta tanto nuestro cuerpo como nuestras emociones. No solo se trata de “sentir mariposas”, también tiene efectos reales en nuestra salud.

Helen Fisher, una experta en biología, estudió esto durante años. Según ella, el amor depende de tres cosas: atracción sexual, amor romántico y apego. Y lo interesante es que, muchas veces, nuestra química cerebral decide por nosotros. A veces, esa química también nos lleva a buscar sexo como una manera de conectar físicamente con alguien.

Las fases del amor

  1. Enamoramiento: Todo es perfecto, estás en una nube. Las hormonas como la dopamina te hacen ver a la otra persona como alguien increíble.
  2. Compromiso: Las cosas se calman un poco, pero sigues queriendo estar con esa persona. Aquí es cuando te das cuenta de que también tiene defectos, pero decides si eso te importa o no.
  3. Desilusión: Aquí es donde la cosa se pone complicada. Las dudas llegan y te preguntas si has tomado las decisiones correctas. Si superas esto, la relación se hace mucho más fuerte.
  4. Transformación: Es cuando la relación se estabiliza. Ya no es solo pasión, ahora se trata de compartir proyectos, de tener una vida juntos.

Estas etapas no siempre van en el mismo orden, y pueden repetirse en cualquier momento de la relación.

La teoría de Sternberg sobre el amor

Un psicólogo llamado Robert Sternberg dice que el amor tiene tres componentes: intimidad, pasión y compromiso. Según cómo se mezclen estos elementos, las relaciones pueden ser muy diferentes:

            •           Amor consumado: Cuando tienes un equilibrio entre los tres.

            •           Amor romántico: Mucha pasión e intimidad, pero sin tanto compromiso.

            •           Amor compañero: Mucha intimidad y compromiso, pero la pasión se ha calmado un poco.

¿Cómo el amor mejora tu salud?

El amor no solo es bueno para el corazón en el sentido figurado, también lo es físicamente. Ayuda a reducir el estrés, mejora la piel y fortalece el sistema inmune. Así que, más allá de lo emocional, estar enamorado realmente te beneficia por dentro y por fuera.